domingo, 13 de noviembre de 2016

Ahí vamos

Irene me hace escuchar canciones que desconozco, alejado como estoy ahora de vínculos e información que tengan referencia con lo que fue parte muy importante de toda una vida.
En el fino equipo de sonido que "ilustra" su auto, de un sitio a otro, en nuestros paseos, me va ofreciendo temas que intuye de mi preferencia posible, con un criterio ecléctico y atinado que denota y me confirma su instinto y el buen oído que siempre le detecté, hace años.
Antes, durante los largos, coversados cafés del desayuno, hay lugar para los recuerdos y para las dilatadas confidencias: para ponernos un poco al día.
Y fuera de los debates de meros aficionados a la política y a la metafísica, las risas críticas y gramaticales, lo más directo de cada jornada son el beso antes de dormir, la confianza que da ir de su brazo por la calle, en la que a veces me va remolcando.
Con cariño, suavemente.

1 comentario:

  1. Qué bonita estampa recreas con tus acertadas palabras! Me alegra muchísimo imaginarte con lo que más quieres en la vida. Disfrutadlo mucho!

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