domingo, 8 de octubre de 2017

Ya me imagino, President, que te han dado el día...

Aquello, ¿cómo era?:
una coña habanera,
con la que a Castro en remota entrevista
embromaron con trucos de sofista,
desde alguna emisora "tapadera".
Pillado por sorpresa
el barbudo tirano,
respondió a las traviesas
preguntas del paisano;
y cuando comprendió
la befa inesperada
soltó el MARICONSÓN
y oyó las carcajadas.

A solas en mi mesa,
miro con delicada desazón
la rima que ya viene en tu apellido.
¿No habrá radio que escuche tu latido,
ni burla que desate tu bufido,
ni, ya que estamos en lo que es la cosa,
tu ilustre y "honorable"
y pueril y pomposa indignación? 

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